Gabriel Zavala
Redacción: ExpRojo
Su familia sólo siente correr el tiempo, pero su clamor de justicia se hace cada día más fuerte y sólido. No hay pistas ni sospechosos y su nombre se suma a la larga lista de asesinatos sin resolver que se cometen en el área de la Bahía de San Francisco.de San Francisco.Gabriel Zavala tenía 29 años y con su muerte dejó a dos hijos huérfanos y a una familia entera hundida en la angustia y la frustración. El reporte policíaco señala que recibió un tiro certero en la cabeza. Aún no hay detenidos, ni testigos ni responsables del asesinato, por lo que las autoridades mantienen una recompensa de 100,000 dólares para quien proporcione información relacionada con el caso.“El tiempo pasa y nada sabemos.
Lo único que buscamos es justicia”, dice Teresa, la madre de Gabriel. “Estamos frustrados, desesperados. Durante los primeros días de sucedido el crimen los detectives hablaban con nosotros, igual que los compañeros de trabajo; pero ahora pareciera que todo se ha olvidado. Hay mucha indiferencia”.
Soñaba con explorar el Espacio
Desde muy pequeño, Gabriel soñaba con ser ingeniero. Su esfuerzo y dedicación lo llevaron a sumarse en 2001 a varios proyectos de la Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), convirtiéndose en uno de los pocos latinos privilegiados que trabajaron en el Discovery. El mismo que no tuvo oportunidad de ver despegar de tierra, ya que semanas antes le fue arrebatada la vida.
Gabriel trabajaba en el Centro de Investigaciones Ames, de la NASA, en Silicon Valley, en el norte de California, junto a un equipo de científicos e ingenieros que conducen investigaciones y desarrollo tecnológico. Desde este Centro se apoyan misiones de la NASA en la exploración espacial.Su entusiasmo y capacidad lo llevó a integrar el equipo de pruebas del X-37, en el laboratorio de ciencias Marte. Gabriel participó en cuatro proyectos, entre ellos en el desarrollo del transbordador y una sonda que penetró la atmósfera de Titán, la luna más grande de Saturno.
Gabriel fue honrado con una ceremonia en la que se le rindieron todos los honores en las instalaciones de la NASA Ames. Ahí a la familia se le entregó una placa de reconocimiento por su colaboración y trabajo. Tiempo después recibió una placa más con la firma de los científicos y compañeros que trabajaron con él en el proyecto del Discovery.
Recuerdos
Su madre Teresa recuerda que la noche del viernes 25 de febrero de 2005 Gabriel le llamó para pedirle una receta para hacerle una cena especial a su novia y madre de sus dos hijos, con quien se casaría en unos días. Después fue a visitar a su abuela y, tras hacer algunos llamados en su teléfono celular, avisó que regresaba casa. Su novia lo espero en casa toda la noche.
Su cuerpo fue hallado la mañana del sábado dentro de su auto y cerca de la casa de la abuela. “Yo no sé muchos detalles porque yo no identifiqué el cuerpo y porque no he querido preguntar mucho. No estoy lista, me siento culpable de no haber estado ahí para defenderlo y cuidarlo. Debí haber estado ahí esa noche en ese momento”, insiste Teresa al caer en llanto incontrolable.
Tras las Pistas
La policía de San Francisco ha ofrecido una recompensa de 100,000 dólares, mientras que la familia de Gabriel hace un llamado desesperado a la comunidad para que se haga justicia llevando ante las autoridades al responsable del crimen. Las pistas que siguen las autoridades están rigurosamente guardadas. “Es un caso muy difícil, debemos de ser muy cuidadosos, pues si no contamos con las evidencias forenses claras que culpen a un responsable, entonces no tenemos nada”, comentó a Expediente Rojo el inspector Antonio Casillas, de la oficina de Homicidios del Departamento de Policía de San Francisco (SFPD).
“No podemos revelar nada ni adelantar nada sobre nuestras investigaciones. Entendemos el dolor de la familia, pero no podemos aún compartir nada con la familia. No tenemos detenidos ni testigos. De hecho, el único testigo hasta el momento es justamente el mismo sospechoso de quien no sabemos nada”. El detective Casillas lo único que asegura es que la persona que mató a Gabriel no era alguien que sólo pasaba por ahí y lo eligió al azar. En el interior del auto no había muestras de una pelea. “Posiblemente era alguien que lo tenía planeado o un conocido de la víctima. Pero aún estamos investigando y debemos ser muy cautelosos”.
“Hubo un sospechoso con el que Gabriel estaba haciendo tratos sobre la compra de un auto. A raíz de eso, parece ser que este hombre le había amenazado de muerte, pues se lo platicó a un amigo. Era el único sospechoso, pero no hubo pruebas en su contra y ahora está libre”, comenta su primo Daniel Correa.
“Yo quería saber si realmente la policía está investigado. Si tiene alguna pregunta en la que nosotros pudiéramos ayudar a responder. Si hay pistas si hay esperanzas. A lo mejor yo sé algo que pueda servirles a ellos. Pero nadie nos llama, nadie nos dice nada”, insiste Daniel.“Yo sé que aquí en San Francisco hay muchos casos parecidos y seguramente el de mi primo ya no tiene tanta importancia”, agregó.
“Todos corremos tratando de llegar al final del camino, pero la ruta de la vida se hace paso a paso y se llega a la meta”. Esta frase la escribió el propio Gabriel a una de sus dos hermanas, quien decidió compartir este pensamiento en memoria de este joven cuya muerte esperan no quede en el olvido.
Si usted tiene información que pueda llevar a la captura del asesino de Gabriel Zavala Díaz comuníquese al Departamento de Policía de San Francisco y si desea hacerlo de forma anónima Denuncie Sin Miedo a través de Expediente Rojo.